Cómo diferenciar un embarazo psicológico de uno real




Este tipo de embarazos imaginarios cumplen con síntomas iguales a los embarazos reales y muy potentes, entre ellos están el trastorno del ciclo menstrual, aumento del volumen abdominal, náuseas y vómitos, aumento de peso, ansiedad, sensación de movimientos del feto y hasta modificaciones de las glándulas mamarias con secreción de leche, siendo el conjunto de síntomas tan iguales a un embarazo real, es casi imposible para la paciente distinguir entre un embarazo real y uno psicológico.

¿Cómo distinguir un embarazo real de uno psicológico?


Las diferencias a simple vista son pocas, la principal es que el aumento de peso suele ser mayor que el que se presenta en un verdadero embarazo (pero esto no es fiable), por lo tanto la única forma de descartar un verdadero embarazo es mediante un examen que mida la hormona gonadotropina crónica humana (bHCG), en mujeres no embarazadas tiene que estar en 5 IU/l o menos, en mujeres embarazadas rondara 5 – 50 mIU/mL a partir de las tres semanas y subirá mucho más conforme pasen las semanas del embarazo, este examen no se ve afectado por un embarazo psicológico, aunque el médico puede sugerirle también realizarse un ultrasonido.

¿En un embarazo psicológico hay menstruación?


No siempre, y de hecho la alteración del ciclo menstrual es muy común, por este motivo no es fiable confiar en este dato, es necesario entender que el poder de la mente sobre el cuerpo es tal, que termina imitando las condiciones de un embarazo real.

¿Porque se produce un embarazo psicológico?


Las causas son un tanto variadas, la causa más generalizada es el deseo de una mujer por quedar embarazada como una vía de escape, suele presentarse también con episodios depresivos o tras un periodo de ansiedad prolongada en pacientes que llevan años sin lograr un embarazo, tanto es así que puede presentarse en mujeres tras la menopausia.

Tratamiento en embarazos psicológicos:


Pese a que no existe un riesgo mayor, no existe la necesidad de un tratamiento médico para intervenir en esta situación, aunque puede recomendarse apoyo psicológico, principalmente en los casos de las pacientes cuyo embarazo psicológico está relacionado con un deseo obsesivo de tener un hijo, para impedir que esto pueda desarrollar depresión crónica.

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